En ocasiones se tiene mal entendido el concepto de conclusión. Se malinterpreta como el resumen final de un texto y una conclusión es, del latín conclusĭo – cierre o final – la última parte de un argumento o estudio en el que aparecen las premisas y el desarrollo del pensamiento que conducirá a establecer algo como cierto, válido o posible. Siempre desde un punto de vista conforme a lo expuesto con anterioridad y establecido previamente. De modo que en un documento de carácter científico se espera que las conclusiones sean nuevos descubrimientos sobre el tema tratado. Otro ejemplo: en un ensayo teórico, se espera que las conclusiones defiendan una forma de interpretación del asunto en cuestión.
Un punto importante a tener en cuenta en el campo de las conclusiones es que una conclusión puede ser verdadera incluso si sus premisas no lo son, de manera que una conclusión válida no hace válidos también los pasos dados para llegar a ella. En definitiva, una conclusión no es una opinión o sugerencia, tampoco un resumen, sino un argumento lógicamente derivado de las premisas evaluadas, es decir, fruto de una labor de pensamiento y evaluación.
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¿Cómo se realiza una conclusión de forma correcta?
A la hora de realizar las conclusiones finales, algo imprescindible es tener en cuenta la información clave. Eliminar lo superfluo del asunto que concierne, para centrarnos en el objetivo general de la investigación, con su tema central de interés, si bien es posible luego obtener conclusiones secundarias en torno a temas que acompañan al principal. Después hay que hacer una evaluación de las premisas. Esto implica volver a releer el cuerpo de la investigación donde se han planteado los puntos a debatir y se ha desarrollado la temática. Una conclusión no puede obtenerse sin entender primero el tema específico.
Luego se pasaría a asumir una postura respecto a los resultados del razonamiento o discurso. Se debe tener algo que decir sobre los resultados obtenidos, sin entrar en opinión o subjetividad. Por último, con lo importante extraído, las premisas analizadas y la postura clara, se puede emitir una conclusión sobre el tema tratado que permitirá extraer conocimientos finales (generales o específicos) de la materia abordada.
Otros elementos de una conclusión
A la hora de realizar las conclusiones finales, algo imprescindible es tener en cuenta la información clave. Eliminar lo superfluo del asunto que concierne, para centrarnos en el objetivo general de la investigación, con su tema central de interés, si bien es posible luego obtener conclusiones secundarias en torno a temas que acompañan al principal. Después hay que hacer una evaluación de las premisas. Esto implica volver a releer el cuerpo de la investigación donde se han planteado los puntos a debatir y se ha desarrollado la temática. Una conclusión no puede obtenerse sin entender primero el tema específico.
Luego se pasaría a asumir una postura respecto a los resultados del razonamiento o discurso. Se debe tener algo que decir sobre los resultados obtenidos, sin entrar en opinión o subjetividad. Por último, con lo importante extraído, las premisas analizadas y la postura clara, se puede emitir una conclusión sobre el tema tratado que permitirá extraer conocimientos finales (generales o específicos) de la materia abordada.
Otros elementos de una conclusión
Una conclusión, para ser tal, debe contar con un propósito, una solución y una posibilidad. El propósito sería el de esclarecer al lector el tema abordado o algún punto del mismo. La solución no sería más que, una vez abarcados los puntos principales, demostrarle al lector que lo que acaba de leer, ofrece una solución real. Y como última característica de una conclusión, estaría la posibilidad. Dicha posibilidad hace referencia a las ganas del lector a seguir informándose sobre el tema, investigando o simplemente que sepa que no es un tema cerrado, está vivo y es susceptible de recibir nuevas conclusiones.
En unos sencillos puntos, una conclusión:
- Debe repasar los aspectos principales, pero sin insistir en ellos.
- Debe enfatizar la importancia de lo que se quiere comprobar.
- Debe retomar el resultado y la repercusión, de forma concisa, que dejó la idea principal.
- Debe motivar a continuar pensando sobre el tema.
En contra, lo que no se espera de una conclusión es:
- Que añada información nueva.
- Que repita todo lo que ya se ha dicho, pero con menos palabras.
- Que presente nuevos argumentos.
- Que muestre poca confianza al exponer el argumento principal.
- Que sea redundante.
- Que sea incoherente en relación al asunto que se abordó en la estructura.
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[…] la memoria en personas con discapacidad intelectual, se requiere más investigación para obtener conclusiones sólidas y comprender mejor los mecanismos subyacentes. Estudios futuros deben abordar estas […]
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