¿Cuáles son las partes de un objetivo específico?

Los objetivos de una empresa son aquello que espera obtener como resultado de un cambio medible y específico alcanzado en un periodo de tiempo, en un espacio y teniendo en cuenta un público determinado. Dentro de estos hay dos subcategorías: generales y específicos.

Hoy nos vamos a centrar en los objetivos específicos, la necesidad de contar con ellos y las partes que los forman. 

Los objetivos específicos son aquellos que se centran más en lo concreto y medible que una empresa espera alcanzar en un plazo específico de tiempo y siempre al servicio de los objetivos generales. Por tanto, podemos decir que estos serían aquellos necesarios para la consecución del objetivo principal y se caracterizan por: 

1. Ser realistas.
2. Ser medibles.
3. No contener palabras subjetivas que puedan dar cabida a opiniones o puntos de vista. 
4. Especifican factores a investigar. 
5. Siempre emplean al final un verbo en infinitivo. 
6. Se forman teniendo en cuenta el alcance y oportunidad de la investigación. 
7. Responden a las cuestiones qué, quién, cómo, cuándo, cuánto y dónde. 

¿Por qué son necesarios los objetivos específicos?

Los objetivos específicos benefician a los generales de una empresa en tanto y cuanto:

• Aportan direcciones concretas para el plan general. 
• Otorgan los criterios para determinar el éxito o fracaso del plan del proyecto y su adecuación a los fines establecidos. 
• Aumentan las posibilidades de previsión del futuro. 
• Diseñan la parte pormenorizada de la estructura del plan del proyecto y determinan las actividades requeridas para alcanzarlo. 
• Contribuyen a la participación, comunicación y el trabajo en equipo, creando un clima favorable orientado al diseño del plan del proyecto. 

Las partes de un objetivo específico 

Un objetivo específico se conforma con la unión de las siguientes partes, que son a su vez la respuesta de las siguientes preguntas: 

¿Qué hay que cambiar? 

La primera premisa que hay que analizar para empezar a dar forma a un objetivo específico, es definir la situación que se quiere modificar fijando el resultado esperado. 

Para quién 

Este punto está relacionado con el público objetivo, a quien se dirige el cambio o la intervención a realizar para la consecución del objetivo. 

¿Cuánto hay que cambiar?

Cuantificar el cambio, la medida en la que ocurrirá dicho cambio, expresando las normas y criterios que permitirán apreciar el grado de éxito o fracaso (%, €, etc.). 

¿Dónde? 

El lugar de aplicación. Esto expresa el área o medio en que se desarrolla la actividad. 

¿Cuándo?

Duración del cambio, indica la cantidad de tiempo en la que se espera que se desarrolle el objetivo y sea alcanzado. 

La necesidad de conseguir respuesta a estas preguntas explica en el fondo la existencia de una disciplina como la investigación de mercados. Decisiones relacionadas con lo que hay que cambiar, con la envergadura que requiere ese cambio, los productos, servicios, comunicación, acciones, canales, etc. a los que afectará ese cambio y conseguir así definir, con la mayor precisión posible, los objetivos a corto, medio y largo plazo. Esto supone abrir un foco de análisis del mercado y la clientela, actual y potencial. A veces de manera puntual, para abordar asuntos muy específicos; y podría decirse que siempre, al menos para empresas con cierto liderazgo, de manera continua. 

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