La clave para que una marca funcione se basa en que esta conecte a nivel emocional con su audiencia y, para lograr esto, es necesario que tenga claro cuáles son sus valores, su misión y también cuál es la forma correcta de comunicarse con su público objetivo. Y es que, por si no te has fijado, las marcas que mejor posicionadas se encuentran dentro de un sector son aquellas que somos capaces de asociar con emociones, los cuales definen su filosofía de trabajo.
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Pero, ¿cómo podemos lograr que nuestra marca genere esos sentimientos? ¿Cuál es la mejor manera de dotarla de personalidad? La respuesta la tienes en los arquetipos, un concepto que vamos a abordar a lo largo de este artículo para que puedas comenzar a aplicarlo en tu proyecto al acabar de leer el mismo.
Índice de contenidos
Qué es un arquetipo de marca
Lo primero es lo primero: ¿qué es un arquetipo de marca? Para explicar este concepto, debemos hacer alusión a una teoría propuesta por Carl Jung, discípulo de Freud. En la misma, el autor se centra en intentar explicar el comportamiento humano con base en patrones comportamentales heredados que forman parte del inconsciente colectivo.
Es decir, habría ciertos patrones de conducta generales (según el autor 12), que son los que determinan nuestra forma de comportarnos. Y, cada uno de ellos, tiene unos valores asociados que son los que deben marcar la forma que tenemos de comunicarnos, el tipo de contenido y de productos que desarrollamos, etc.
Profundizando en los 12 arquetipos de una marca
Como acabamos de ver, el objetivo de estos arquetipos no es otro que desarrollar la “personalidad” de una marca. Algo que, a su vez, puede hacer que los clientes generen ciertos sentimientos hacia la misma como simpatía, lealtad, orgullo, etc. Vamos a conocerlos con mayor detalle a continuación.
El inocente
El primer arquetipo con el que nos encontramos es el del inocente, cuyas características principales son la honestidad, la humildad y la simplicidad. Este arquetipo suele expresar mucho optimismo e invita a la gente a que se cuide a sí misma, motivo por el cual suele ser el elegido por muchas marcas del ámbito cosmético o relacionadas con productos orgánicos.
El hombre corriente
Su finalidad es muy sencilla, busca estar y encajar dentro de la sociedad como uno más, sin recibir demasiada atención. Esto hace que sea el elegido por muchas de las marcas que integramos en nuestro día a día de manera natural, como pueden ser los supermercados.
Además, entre sus características principales, están el hecho de que es una persona amigable, auténtica y cercana.
El héroe
Aquellas marcas que buscan inspirar y que invitan a otros a superarse tanto a nivel profesional como personal, son las que suelen estar vinculadas con el arquetipo del héroe. Siendo los rasgos de personalidad más marcados de este, la honestidad, la experiencia y, por supuesto, la valentía.
El arquetipo del héroe define a aquellas personas que han tenido que luchar muy duro para llegar a ser quienes son y están orgullosas de ello.
El cuidador
Como su propio nombre indica, este arquetipo representa una imagen desinteresada, la cual se preocupa por proteger y cuidar de los demás. Motivo por el cual suele asociarse a productos como los seguros médicos o a los centros de beneficencia.
Respecto a sus valores, este perfil se caracteriza por ser servicial, buscar siempre la forma de ayudar y mostrar gratitud a aquellas personas de las que se rodea.
El explorador
Las marcas con espíritu aventurero tienen su origen en este arquetipo, el cual está marcado por el amor a lo desconocido y la búsqueda de nuevas sensaciones. El explorador siempre está en constante movimiento y huye de la rutina. Además, tiene una personalidad muy segura y le encanta afrontar nuevos retos.
El rebelde
Las marcas que se guían por el arquetipo rebelde son aquellas que buscan la justicia y la libertad. Las que tienen un inmenso deseo de cambiar el mundo, aunque esto suponga romper las normas establecidas, pero siempre desde la buena fe.
Por eso, es un arquetipo que suele asociarse con el sector automotriz, pero también con aquellos otros productos de carácter más transgresor.
El amante
El arquetipo del amante se vincula con aquellas marcas centradas en la exclusividad, la belleza y la intimidad, como pueden ser los cosméticos o las fragancias. El amante busca ser deseado y utiliza tanto la sensualidad como la intimidad para lograrlo.
El creador
El sector del marketing y el del diseño se asocian, comúnmente, con el arquetipo del creador, que es aquel que busca la innovación. Es un arquetipo provocativo al que le gusta generar nuevas ideas que llamen poderosamente la atención.
Algunas marcas de empresas tecnológicas trabajan con intensidad sobre este arquetipo.
El bufón
El bufón es aquella persona que tiene la capacidad innata de hacer reír a otros con cualquier cosa, el que busca generar un bienestar en aquellos que le rodean. Y, este, es un valor muy positivo para las marcas que optan por este arquetipo, ya que supone crear un mayor vínculo emocional con sus clientes.
El sabio
La búsqueda incesante de conocimiento y la profunda comprensión del mundo que lo rodea son dos de los valores que encarna el arquetipo del sabio. Representado a menudo como una figura serena y reflexiva, el sabio guía a otros con su perspicacia e inteligentes consejos. Por eso se trata de un arquetipo vinculado por ejemplo con las instituciones educativas.
El mago
Bajo la idea de que el conocimiento es poder y que la voluntad puede llevar a la creación de resultados asombrosos, podemos encontrar el arquetipo del mago. Este nos recuerda que cada acción tiene consecuencias y que somos los arquitectos de nuestra propia realidad a través de la maestría de las artes ocultas y el dominio de nuestras propias facultades internas.
El gobernante
El poder, el éxito o la prosperidad son algunos de los valores más destacables del arquetipo del gobernante, que es aquel con el cual cerramos este listado. De carácter autoritario y muchas veces algo intimidatorio, las acciones de este tipo de personalidad tienen como objetivo la consecución del éxito.
Y, los sectores que suelen asociarse con este arquetipo son el de la automoción, los hoteles o incluso la joyería.
Conclusiones
Crear una marca coherente conlleva algo más que elegir nuestros colores corporativos o desarrollar un logotipo bonito, debemos dotarla de personalidad y, para ello, podemos guiarnos por alguno de los arquetipos de Carl Jung.
Pero, en cualquier caso, antes de llevar a cabo este proceso de creación de nuestra marca, debemos realizar un buen estudio de mercado que pueda sustentar las decisiones que tomemos a posteriori. Y, desde CIMEC, podemos ayudarte a llevar a cabo esta tarea de forma efectiva. No lo dudes y ponte en contacto con nosotros.
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