El lanzamiento de nuevos productos o servicios al mercado supone un riesgo por parte de cualquier empresa, principalmente porque es complicado tener la garantía de que los mismos vayan a funcionar bien.
No obstante, existe una manera de evaluar la acogida que podría tener dicho lanzamiento: los estudios de mercado. Estos nos permiten obtener información más detallada sobre cuestiones relevantes, como puede ser la demanda, la oferta existente o incluso la competencia.
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Esta información nos va a resultar de suma utilidad a la hora de tomar una decisión con respecto a nuestro producto y/o servicio. Pero ¿cómo hacer un estudio de mercado? Te lo detallamos a continuación.
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¿Por qué es tan importante mejorar el proceso de toma de decisiones en las empresas?
Como acabamos de ver, la investigación de mercados es un instrumento sumamente útil para la empresa, porque puede facilitar el proceso de toma de decisiones de la misma.
Y, ¿por qué es fundamental mejorar la toma de decisiones? Porque nos va a ayudar a desarrollar diversas herramientas para optimizar los procesos y tareas que se llevan a cabo, pero también para ofrecer mejores productos, ahorrar costes y, en definitiva, mejorar la productividad de la misma.
4 fases del estudio de mercado
Entendida la necesidad de llevar a cabo estudios de este tipo, es esencial conocer las fases de la investigación comercial, así que vamos a verlo paso a paso.
1. Primer paso: problemas, objetivos y oportunidades
A la hora de llevar a cabo una investigación de mercado, el primer paso consiste en determinar cuál es el problema que planeamos resolver y con qué objetivo.
Esto, junto con un análisis de la competencia y de la demanda existente para el producto o servicio que queremos vender, serán las claves para sentar de las bases de nuestro estudio.
2. Diseño de la investigación y obtención de información
En segundo lugar, debemos definir cuál va a ser la metodología que vamos a emplear a la hora de llevar a cabo nuestro estudio. Algunas de las técnicas que se pueden usar son las entrevistas, los focus group o las encuestas. La metodología, cualitativa o cuantitativa, y las técnicas concretas a emplear dependerán de nuestros objetivos, del tipo de respuestas que necesitamos obtener y, también, de la envergadura que queramos o podamos dar a la investigación teniendo en cuenta nuestros recursos y el presupuesto que tengamos disponible.
Una vez diseñado el estudio, tendremos que empezar a recopilar los datos que necesitamos utilizando las técnicas escogidas. En este punto, es fundamental saber que tenemos dos opciones:
- Recogida de información o datos por nuestros medios. Seríamos nosotros los que llevamos a cabo la aplicación de las técnicas y la consecuente recogida de datos.
- Contratación de una empresa especialista en estudios de mercados. Una opción muy recomendable, ya que pueden asesorarnos y gestionar todo el proceso.
3. Tratamiento y análisis de los datos obtenidos
Una vez hayamos recopilado toda la información que necesitamos, llega el momento de analizarla.
Para realizar el análisis es necesario siempre emplear algún tipo de metodología o tratamiento de la información. Muy particularmente en el caso de los estudios cuantitativos, el análisis depende de tareas como la codificación de preguntas abiertas, la tabulación de los datos y la aplicación posterior de análisis estadísticos, más o menos complejos, para poder extraer los outputs del estudio y proceder entonces a su análisis.
4. Interpretación y toma de decisiones
Finalmente, el último paso consistirá en traducir esos outputs (cualitativos o cuantitativos) en información que pueda resultar útil para la empresa. Es crucial en este punto que el informe que se realice sea exhaustivo, acometa las cuestiones claves planteadas en los objetivos definidos y de respuesta a todo ello, además de que, lógicamente, sea comprensible para cualquiera persona de la organización que vaya a llevar a cabo su lectura.
Además del informe de resultados detallados, se suele elaborar un resumen o informe ejecutivo con las conclusiones más importantes y los cambios que se sugiere implantar dentro de la organización o en alguno de sus servicios, productos o estrategias (comunicación, relación con la clientela, definición de targets objetivos, etc.).
Conclusiones
Llevar a cabo una investigación de mercado es crucial para optimizar el funcionamiento de nuestra empresa. Este tipo de estudios pueden ayudarnos a conocer mejor nuestro posicionamiento, nuestra imagen, nuestra competencia, redefinir nuestro público, sondear el mercado antes del lanzamiento de un producto, centrar nuestra comunicación y otra serie de cuestiones que son de gran importancia para la misma.
Realizar una investigación de este tipo conlleva una serie de fases y unos requerimientos metodológicos y técnicos que es importante conocer a fondo y, por eso, la mayoría de las organizaciones habitualmente encomiendan esta tarea a una empresa especialista.
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