Si tomáramos como referencia los resultados de la serie histórica del estudio que publica Insights Analytics sobre la industria de la investigación en España, podríamos observar no solo que la metodología cuantitativa ha representado la indudable preferencia de quienes requieren servicios de investigación, sino también que la investigación cuantitativa se ha enfocado hacia el entorno digital antes que la cualitativa y, además, a mayor velocidad.
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Según las últimas cifras publicadas, correspondientes a 2019*, el 27% de la investigación cuantitativa que se hace en nuestro país es online, mientras que solo lo es el 3% de la cualitativa.
Y es que cuando gran parte de las industrias entendían que la transformación digital era absolutamente imprescindible para asegurar su supervivencia, la investigación cualitativa parecía estar mirando hacia otro lado, como si las tendencias emergentes en la demanda no fueran con ella. Este ensimismamiento explica que en la última década solo pudiéramos apreciar una tímida exploración de las oportunidades que ofrecía el mundo online y un lento proceso de transformación digital que, en muchos casos, se limitaba a llevar al “on” las formas de trabajar características del “off” con evidentes fricciones e ineficiencias.
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Y entonces llego 2020…
2020 llegó con un enorme golpe sobre la mesa que obligó a cambiarlo todo de manera urgente y sin un horizonte determinado. Fue entonces cuando la investigación cualitativa volvió la vista hacia la tecnología buscando un salvavidas con el que intentar permanecer a flote, y se encontró con un amplio conjunto de herramientas en las que apoyarse y que había estado ignorando hasta ese momento.
Fue entonces cuando la industria abrió los ojos y descubrió plataformas de vídeo conferencia como Zoom o Jitsi, whiteboards digitales, como Miro o Mural, plataformas multifunción como Teams, herramientas de gestión de proyectos como Slack o Notion y una enorme oferta de recursos digitales que empezar a utilizar en el ámbito de la investigación cualitativa.
La crisis sanitaria, en definitiva, sirvió para que la metodología dejara de aplazar un necesario proceso de cambio y adaptación a la nuevas necesidades y demandas; una transformación que por supuesto, tiene sus luces y sus sombras.
Las ventajas de la investigación cualitativa online
Si enfrentamos la investigación cualitativa online a la offline podemos encontrar un conjunto de significativas ventajas:
Diversidad
La investigación online nos permite realizar sesiones sin restricciones geográficas. Por ejemplo, recientemente hicimos un focus group online de 8 participantes y 7 de ellos residían en ciudades distintas de España.
Reducción de costes
Al no requerir espacios físicos en los que realizar las sesiones, la investigación cualitativa online es más económica que la presencial.
Sostenibilidad
Al no requerir el desplazamiento de los participantes hasta el espacio en el que llevar a cabo las sesiones, el impacto de la investigación cualitativa online es menor que el de la presencial.
Seguridad
Pese a que el sector de la investigación cualitativa ha hecho un importante esfuerzo por crear entornos presenciales seguros, al menos hasta que no haya una percepción generalizada de que la crisis sanitaria se ha superado, los participantes prefieren evitar espacios cerrados, no demasiado amplios y compartidos con desconocidos.
Las barreras de la investigación cualitativa online
Y al mismo tiempo, emergen un conjunto de obstáculos que la investigación cualitativa tendrá que ir superando para poder maximizar el aprovechamiento de las oportunidades que ofrece el entorno online y las herramientas digitales.
Brecha digital
Todavía hay una relevante proporción de población que no se maneja con fluidez en el mundo digital y que se siente insegura e incómoda en él. A ello hemos de sumar las lagunas en el perfil digital de parte de los profesionales del sector de la investigación cualitativa; en concreto, de aquella que ha estado fuertemente orientada a la investigación más tradicional y presencial.
Infraestructura y equipos
Cuando salimos de entornos urbanos y cuando trabajamos con las capas de población con un menor estatus socioeconómico, también nos solemos encontrar sin acceso o con un acceso mejorable a Internet y con equipos inadecuados u obsolescentes.
Menor control
Las sesiones no presenciales reducen el control que los profesionales de la investigación tienen sobre los participantes; por ejemplo, es difícil saber si están atentos a la dinámica o tienen una segunda pantalla abierta en paralelo (por ejemplo, el móvil).
Frialdad de la interacción
Por último, las herramientas digitales todavía no han evolucionado lo suficiente como para reproducir pautas de gran valor en las dinámicas presenciales: la calidez, la naturalidad, la complicidad… Incluso parte de la información no verbal no logra capturarse.
Aprovechar las ventajas que nos permite el entorno online y las herramientas digitales y, al mismo tiempo, trabajar para superar las limitaciones actuales de las mismas y de la propia industria es imprescindible para poder responder a las necesidades actuales de quienes recurren a la investigación buscando información de valor, pues el futuro ya no volverá a ser solo presencial, sino que será un escenario mixto o híbrido, off y online.
*Fuente: Estudio industria 2019 (Insights Analytics).
Jaime Biencinto
Especialista en investigación cualitativa
En CIMEC estamos explotando las posibilidades tecnológicas que tenemos a nuestro alcance para realizar investigación cualitativa en el contexto actual. Somos expertos analistas en la elaboración de estudios cualitativos, encuestas, análisis de datos y realización de estudios de mercado con todo tipo de metodologías y técnicas. Si deseas obtener más información o conocer nuestras soluciones, puedes ponerte en contacto con nuestro equipo aquí.
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